En
el día de la mujer trabajadora saludamos a nuestras compañeras y nos
solidarizamos con las miles de desempleadas en el sector público y privado por
las políticas de ajuste y recesión.
Al respecto señalamos algunas asignaturas pendientes
que de ningún modo significan desconocer las enormes ventajas de trabajar
en nuestra universidad.
La
falta de definición sobre el Jardín Maternal es una importante deuda
institucional con impacto en las madres y trabajadoras que deben sostener una
cuota privada (que oscila entre $2500 y $3000 mensuales) por las dificultades
de conseguir vacante en los ámbitos públicos disponibles a partir de los dos
años (5 en total en toda la ciudad).
La
leche maternizada es sostenida por nuestra Obra Social durante seis meses con
el costo de 600 pesos por mes durante seis meses más. Aunque todas sabemos que
la recomendación de la OMS es la lactancia hasta los dos años, las mujeres
debemos compatibilizar el cuidado del niño y el derecho a trabajar.
La
farmacia de nuestra Obra Social no vende pañales ($200x46 - De 8 a 10 por día
para un recién nacido). Eso significaría menor costo (20% de descuento).
Tampoco tenemos subsidio gremial para afrontar este gasto, aunque otorgan a los
afiliados $400 por única vez con certificado de escolaridad maternal.
Las
horas extras son difíciles de cumplir para las mujeres con niños pequeños. En
un contexto de restricción es importante que se tenga en cuenta este dato,
facilitando su realización a continuación del horario laboral para las mujeres
que no ocupan cargos directivos.
Las
mujeres que trabajamos necesitamos acompañar a nuestros hijos en los períodos
de adaptación al Jardín Maternal y para ello es preciso un apoyo institucional,
lo mismo que al momento de pedir licencia para asistir a nuestros hijos. Casi
siempre lo obtenemos, pero la excepción también hace la regla.
Hay
áreas que son ocupadas mayoritariamente por hombres ocupando cargos de
choferes, electricistas, mayordomos, etc. primando un criterio sexista a la
hora de los concursos. No así en los cargos de representación sindical.
La
condición de mujer no garantiza mayor equidad ni mejor realización de las
tareas, pero tampoco debe ser un impedimento cultural para acceder a distintas
funciones que estamos en condiciones de realizar.
Desde
los 90 tenemos compañeras precarizadas que dependen de las cooperativas de
trabajo. Ganan muy poco y hacen enormes esfuerzos para cumplir con sus tareas
bajo la condición de monotributistas (facturando) cuando en realidad
tienen una relación de dependencia. En la actualidad son más hombres que
mujeres y eso también tiene que ver -presumimos- con su condición de género.
Los
reconocimientos especiales (extraordinarios) a lo largo de la historia de la
UNS se han dado más a investigadores que a investigadoras. Esto tiene que ver
con el talento y el esfuerzo pero también con la oportunidad y los distintos
roles que ha debido ocupar la mujer a lo largo de la historia. La mayoría de
los Decanatos son ocupados por hombres (11 sobre un total de 16) aunque
muchos cargos de gestión son ocupados por mujeres en nuestra universidad (a
diferencia de otras universidades).
Hemos
ampliado el Régimen de Licencias para las Madres en el 2006, a partir de un
proyecto de nuestra lista que el año pasado la Paritaria extendió (15 días más
para la licencia por maternidad). Hemos obtenido muchos derechos a partir del
CCT y son muchos los que aún nos falta conseguir.
Tenemos
una Cátedra de Violencia de Género que depende de la Secretaría General de
Cultura y Extensión pero aún no tenemos un área específica que se ocupe de esa
problemática y de tantas otras que afectan la salud psíquico/emocional.
Sí
tenemos, todavía, acceso a ropa de trabajo, aunque a los hombres le reconocen
elementos (zapatos y camisas) que a las mujeres no. Tenemos muchas
oportunidades de capacitación - aunque demandamos más bandas horarias- y buenas
condiciones ambientales en general. Somos recibidas a la hora de reclamar y
muchas veces, lamentablemente, somos víctimas de mal trato laboral de
algunas direcciones que hacen abuso del concepto de
"polivalencia" de funciones, situaciones que se resuelven sin
mediación y casi siempre con traslados. Nos prefieren graduadas universitarias
exitosas pero no siempre podemos conjugar esta demanda de profesionalización
con nuestra realidad. No es justo con las mujeres que tienen trayectoria,
carrera administrativa y buen desempeño.
Por eso, en el día de la mujer, queremos reflexionar sobre nuestra
condición y saludar a las compañeras no docentes que a diciembre del
2015 (según datos oficiales) representan el 54% del total de la planta
permanente.
Andamos
cambiándonos nosotras
para cambiar el mundo.
cambiándonos nosotras
para cambiar el mundo.
Guisela López / escritora guatemalteca
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