Un nuevo Día de los Trabajadores nos encuentra hoy en el
calendario. No estarán mal las reuniones: los brindis y asados nos sirven, año
a año, para reconocernos en nuestra identidad de trabajadores al mirarnos a los
ojos y descubrirnos recíprocamente los miedos, las pequeñas felicidades, los
malestares, el compañerismo.
Lamentablemente, este 2017 tenemos poco para festejar
por la diaria pérdida de derechos adquiridos y de fuentes de trabajo y el
deterioro en las condiciones laborales para miles de compatriotas. En nuestro
ámbito, el último acuerdo salarial no disimula una realidad igual de
preocupante.
Fue necesaria la creación de un suplemento especial
para que el grueso de compañeros y compañeras no docentes pudieran superar
mínimamente la línea de pobreza bajo la que permanecieron varios meses, de
acuerdo a los números del propio gobierno. Mientras tanto, al menos siete
puntos de nuestro salario se han perdido durante 2016 y no se han recuperado
ahora.
En este día saludamos especialmente a nuestros compañeros
no docentes y los trabajadores docentes de la educación pública en lucha, a
nuestros compañeros y compañeras tercerizados y precarizados en esta UNS, a los
investigadores en defensa de la ciencia nacional y a los y las estudiantes,
muchos de los cuales son ya trabajadores o lo serán al graduarse en nuestra universidad
pública.
Sabemos que, pese a las oscuridades del presente, el
deseo de felicidades en este Día no es una trivialidad más, sino la expresión
genuina del corazón cálido y solidario de la clase trabajadora. Por ello, les y
nos auguramos un
¡Feliz
Día de los Trabajadores/as!
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