La urgente realidad de
hoy nos encuentra, como hace casi dos décadas, participando de una convocatoria
en defensa de la Universidad Pública, amenazada por los recortes
presupuestarios, la quita de subsidios y convenios, la creciente precarización
del trabajo. La pérdida, sobre todo, de un lugar en la agenda pública y estatal
que había recuperado.
Desde la ListAzul no
docente saludamos este encuentro de estamentos universitarios. Resulta vital
que todas y todos entendamos a la Universidad como algo propio y común, que nos
pertenece y le pertenece al pueblo argentino pero que a su vez debemos a
quienes nos precedieron en la lucha y a las generaciones por venir.
Para que ese sentido de
pertenencia se desarrolle, y la comunidad pueda defender su Universidad, es
imprescindible que ésta no se muestre divorciada de su tiempo y sus urgencias.
Que sus representantes no fallen diagnósticos básicos ni confundan sus
prioridades. Nos preocupa sobremanera el modo ambiguo en que se manifiestan
públicamente representantes de la gestión universitaria, siempre en la línea de
restar gravedad a las amenazas que se cierran sobre la educación pública y las
consecuencias que fácilmente pueden preverse.
No se requería gran
agudeza ni audacia para anticipar el escenario actual, que aún hoy se reconoce
por lo bajo pero se relativiza en público. Hay integrantes de la Universidad
que pretenden mantenerse equidistantes entre ambos lados de la famosa “grieta”,
cabrá advertir a quienes detentan cargos de responsabilidad institucional que hay
tiempos históricos donde no definirse es toda una definición: se está con la
defensa de lo público y los sectores populares, o resueltamente contra ellos.
Por eso, nuestro llamado
es hoy no sólo al conjunto de la comunidad universitaria y la comunidad en
general. También convocamos al gobierno que se ha dado la Universidad Nacional
del Sur, y que debe ser el primero en defender y representar a una comunidad
que no es abstracta, sino individuos concretos que pierden salario,
oportunidades, becas. Convocamos a las autoridades, democráticamente electas y
por ello representativas, para que lideren la defensa de la Universidad
Nacional pública, autónoma, laica, inclusiva y de calidad.
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